viernes, 15 de marzo de 2013

Dos años de Chica Trampa


Tal día como hoy, hace 2 años, Menorca amaneció embarrada. Literalmente. Una tormenta cargada de arena tiñó de marrón la isla. Me calcé mis botas de agua rojas, limpié la terraza, me puse mona y me fui en bici hasta la calle Dolors… Tal día como hoy, hace 2 años, abría sus puertas Chica Trampa. Y tal día como hoy, hace 2 años, me dije a mi misma: “Teroli, ¿dónde te has metido?”
Realmente, el “¿dónde te has metido?” me lo dijeron muchas personas durante los meses previos a la apertura. Que a dónde vas tú con una tienda, si eres periodista y no tienes ni idea del negocio, y con la que está cayendo, y por qué no buscas un trabajo...  Y no os creáis, eso mismo me preguntaba yo cada día, cada vez que llamaba a un proveedor, o cuando me intentaban vender bolsas en packs de 5 mil unidades (5 mil¡¡¡), o cuando me peleaba con la burocracia municipal por un puñetero escalón, o cuando buscaba desesperadamente esos percheros que nunca encontraba, o cuando me perdía dando vueltas por ese polígono que acabó convirtiéndose en mi segunda casa por unos meses… Sí, Teroli poligonera.
El primer día en un trabajo nuevo siempre es duro. Me aposté detrás de mi mostrador y, por primera vez, pensé que igual me había equivocado. Que aquello no era lo mío. Me sentía rara, esperando a que alguien entrara… O no. Porque la verdad es que no sabía muy bien cómo reaccionar ante mi primera clienta… Nunca lo había hecho y, seamos realistas, quienes me conocen saben que no soy precisamente lo que se dice extrovertida. Pero le eché morro. Y al final entró una persona, oiga…
                                                      Mi primer escaparate, Chispas

Y desde entonces, han entrado un montón de personas… Y algunas hasta han comprado… Y me han dicho que les gustaba la tienda. Y voy yo y me lo creo. Y me creo que igual no lo estoy haciendo tan mal si he llegado hasta aquí. Que sí, que han sido dos años duros, muy duros, dos años de echar cuentas que no siempre salen, de pensar en cerrar y dedicarme a otra cosa, dos años de trabajar más de lo que había trabajado en mi vida, dos años aprendiendo a desdoblarme para ser la que limpia, la que atiende, la que recoge, la que cobra, la que decide, la que arriesga, la que idea… y la que se equivoca. Porque he metido la pata muchas veces: he apostado por cosas que no debía, he sido excesivamente optimista en determinados momentos y poco arriesgada en muchos otros, no siempre he sido la dependientamásmajadelmundo, para qué negarlo… Pero sigo intentándolo cada día. Me pongo mi  mejor sonrisa cada mañana, hasta que la realidad me vuelve a poner en mi sitio. Pero he aprendido a relativizar, a pensar a medio plazo y a creerme lo que estoy haciendo.
                                                     La Chica Trampa en modo percha


Y resulta que hasta me gusta. Me gusta cuando viene gente y me dice que le encanta la tienda, que hacía falta en Ciutadella un sitio con cosas diferentes. Me gusta cuando vienen las turistas en verano y todo es très mignon, molto particolare, so lovely… Me gusta incluso cuando me preguntan si lo que vendo es ropa de niñas… O ese momento tan grandioso de la breve historia de Chica Trampa en el que un chico extranjero se asomó a la puerta de la tienda y me preguntó, a voz en grito, si vendía bragas para hombres. Pero lo que más me gusta de todo es ir por la calle y ver a la gente con la ropa de la tienda, cuando las clientas repiten y te dicen que quieren algo “muy chica trampa”, cuando madres e hijas vienen juntas a la tienda y las dos encuentran algo que les gusta, cuando te preguntan si tienes tienda en otras ciudades, cuando las clientas te cuentan sus cosas mientras se prueban algo porque se ha creado un clima de buen rollo entre tú y ellas…
Ojalá el año que viene pueda volver a escribir un post sentimentaloide como éste porque será síntoma de que las cosas no han ido tan mal y seguimos por aquí. Ojalá esta crisis estafa en la que algunos nos han metido me permita continuar con este proyecto, y que la Chica Trampa acabe por convertirse en la Señora Trampa, y yo siga aquí a mis cincuentaytantos vendiendo ropa très mignon, molto particulare, so lovely…

PD. Gracias a todas (y a todos, que algún noviomarido también se ha hecho cliente) las que alguna vez os habéis pasado por la tienda y habéis confiado en la Chica Trampa. Y ahora me pongo en modo Oscar: quiero agradecer este premio a mi familia, por confiar en mí cuando les propuse esta locura. Y, sobre todo, a Rubén, por aguantarme cada día. Y ahora es cuando me voy a arrepentir de haber escrito esto pensando que, igual, alguien lo lee. Que no soy una ñoña… Pero de vez en cuando, una tiene que soltarlo. 

8 comentarios:

  1. Muchas pero que muchisimas felicidades y mi enhorabuena por apostar!! besitos!

    http://momentsofwoman.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  2. Ya te lo he dicho muchas veces, a mi me encanta tu tienda ¡¡es mi favorita!! así que mi más sincera enhorabuena por esos dos añitos de Chica Trampa y espero que puedas celebrar muchísimos más.

    Un beso guapísima

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por vuestros comentarios, :)

    ResponderEliminar
  4. Muchísimas felicidades!! Y sí, alguien lo lee.... Y hasta gusta lo que has escrito

    ResponderEliminar
  5. enhorabuena!!!! ojalá las cosas vayan bien en estos momentos duros...y siempre!!!

    ResponderEliminar
  6. Tía que emocionante!! Tu vena periodística sigue ahí, no lo puedes negar...Espectacular esta entrada!! Un besote de tu sister....

    ResponderEliminar
  7. Amiga!! Algo bueno tenía que tener quedarme en casa un sábado con Santi en cama durmiendo a las diez de la noche...ocasión de leer un cachito de tu corazón. Enhorabuena por tu valentía y esfuerzo, estoy súperorgullosa de ti. Aimisyu!! Que siga la creatividad iluminando tu vida. Muá.

    ResponderEliminar
  8. Sí señor, con dos bigotes¡¡¡

    ResponderEliminar